lunes, 19 de septiembre de 2011

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Vuelve, vuelve ese sentimiento de tristeza, cuando, por fin, al final del día te recuestas en la cama a descansar. La verdad es que no sabes si es mejor pensar en algo o relajarse y olvidarse de todo, puesto que cuando te pones a pensar, empiezas a acordarte de esos momentos felices junto a la gente que amas, quieres y respetas. Recuerdos preciosos que deben conservarse bajo llave durante toda la vida. Momentos como los que has vivido con tu mejor amiga, que si son malos ríes y si son buenos lloras; recuerdos como esos consejos que tu madre te solía dar aunque pensaras que el 90% no tenía razón, o, mas bien no querías aceptar que la tenía. Momentos como esos horribles días de clase de tu peor asignatura, que, aunque la detestes, acabas hechando de menos lo que hacías, o, mas bien, lo que no hacías en clase de es@ malvadisim@ profe.

Momentos como esos con tus amigos, haciendo algo prohibido y vigilando que nadie te pillase... hasta que lo hiciesen. Lo primero son la lagrimas, lo segundo carcajadas. Momentos y recuerdos que jamás olvidaras y la mayoría de ellos te aportaran tristeza, porque, como ya sabes, no hay nada mas triste que un recuerdo feliz y no poder estarahí

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